Agricultura

Un golpe al corazón del complejo agroindustrial exportador

Ante la decisión de cerrar plantas aceiteras en el país, el valor de la harina de soja en Chicago subió 16 dólares por tonelada. 

La intención de las autoridades comunales de la localidad de Timbúes, al norte de la provincia de Santa Fe, de cerrar todas las terminales portuarias agroexportadoras en su jurisdicción, podría ser un duro golpe para el comercio exterior de nuestro país.

El principal sector que genera divisas corre serio riesgo de paralizar su actividad si esta medida prospera. Por otra parte, la decisión desubicada y fuera de toda lógica racional, fue tomada por un jefe comunal.

Lo increíble e inédito es que una medida de alcance comunal está pasando por encima de la legislación federal y de las aplicaciones de las definiciones anunciadas por el Gobierno nacional con respecto a la cuarentena por coronavirus.

Estas medidas preventivas están vigentes desde el inicio de la crisis sanitaria y en este sentido las terminales portuarias están trabajando con mucha responsabilidad para proteger la salud de los trabajadores y prestadores de servicios.

Sería muy triste pensar que se utilice esta crisis de alcance global con fines políticos y aprovechando la grave situación sanitaria que se avecina en nuestro país. Además, los jefes comunales de las localidades de San Lorenzo y Puerto San Martín están totalmente en desacuerdo de la intención de su par de Timbúes.

Otro tema que se debe aclarar es que hoy en día, todos los buques que cargan granos, aceites y subproductos son autoestibantes, es decir, no requieren personal para su carga, que se realiza desde una cabina ubicada en el puente de mando del barco y con un solo operador, que por medio de un tablero de comando realiza las tareas referidas a la carga, apertura y cierre de bodegas.

Impacto

La medida afectaría una zona donde está radicada una de las empresas procesadora de soja más grande del mundo, como es Renova, cuya capacidad de molienda llega a 20 mil toneladas diarias.

Las otras dos firmas que se verían afectadas en su operatoria son Dreyfus, con 8.000 toneladas diarias, y Cofco con 9.500 toneladas por día de capacidad instalada.

El principal efecto colateral es la caída de la actividad en la zona, pérdida de trabajos para los camioneros y para el personal de las plantas, además de un serio perjuicio económico al frenarse toda la cadena comercial.

Se verán afectadas las compras y recibos de granos por parte de las empresas procesadoras y exportadoras, los que perjudicará a los productores. De la misma forma, impactará en el ingreso de divisas, en momentos en los que el país está pasando por una crisis sanitaria y económica en la que los dólares de la exportación son necesarios para abastecer las necesidades del Banco Central.

Para dar una idea de lo irresponsable que es anunciar acciones o intenciones que no miden las consecuencias en un mundo totalmente globalizado, en el día en que se conoció la noticia, el precio de la harina de soja en Chicago subió 16 dólares por tonelada, ante los rumores de cierre de plantas aceiteras y terminales portuarias en Argentina.

Sucede que nuestro país es el primer exportador mundial de harina de soja, lo mismo en el caso del aceite de soja. El alza se trasladó también al poroto, con aumentos de nueve dólares por tonelada.

Los mercados están muy sensibles a todo tipo de noticias que puedan tener algún efecto negativo sobre la oferta de productos exportables y que además impacten en el comercio internacional.

En este sentido, la Argentina es un jugador muy importante no solamente en el complejo soja, sino también en los casos de maíz y de trigo.

El sector agroindustrial exportador de la Argentina tiene la gran ventaja de ser un jugador de peso en el comercio internacional y por este motivo es un sector que puede superar esta crisis con cierta ventaja relativa con respecto a otras actividades o sectores.

La primera de esas condiciones es que, a pesar de la crisis del coronavirus, la demanda de alimentos a nivel global no ha disminuido. En rigor, la gente no puede dejar de comer y lo que puede suceder es un ajuste vía precios, pero no de cantidades.

Desde el 12 de febrero a la fecha, el trigo disponible en Argentina subió dos dólares por tonelada y cotiza a 195 dólares, mientras que el trigo Kansas en Chicago acumulaba bajas de 10,5 dólares por tonelada, el equivalente a seis por ciento.

El maíz posición abril en el Matba Rofex perdía 7,5 dólares, un cinco por ciento, mientras que en Chicago, la caída llegaba a 18,5 dólares, el equivalente al 12 por ciento. La soja disponible llegó a 218 dólares y acompañó casi la misma baja registrada en Chicago: 28 dólares por tonelada.

Fuente Agrovoz

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