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Brasil y Argentina, llamados a ser los grandes proveedores

En el mundo aseguran que Argentina puede exportar un millón de toneladas por año de forma sostenible. A raíz del enorme volumen de carne que ha pasado a demandar China, que sería del orden de los 3,5 millones de toneladas anuales (si se suman importaciones legales y el contrabando), consultoras y organismos internacionales tratan de estimar qué países están en condiciones de aportar volúmenes de importación al mercado internacional.

Si se considera que a las naciones que están en mejores condiciones, de acuerdo al desempeño 2019, de aumentar sus exportaciones de manera considerable, aparecen Brasil y Argentina.

La India, que hace cinco años llegó a primer exportador mundial (con carne de búfalo), ha retrocedido desde entonces y tiene serias limitaciones en sus ventas (reducidas hoy a vecinos asiáticos), derivadas de la baja calidad de sus productos y de la cantidad de enfermedades que prevalecen en su rodeo vacuno y bubalino.

Por lo tanto, fuera del mercado regional asiático y gran parte, vía contrabando, ese país no está en condiciones por su estatus sanitario de acceder a ninguno de mercados internacionales de valor.

Australia ha perdido un porcentaje importante de su stock ganadero a causa de la sequía y, al menos en el corto y mediano plazo, experimentará una caída del saldo exportable anual: 15 a 20 por ciento. El cambio climático la está afectando como a ninguno de los exportadores.

Estados Unidos está llamado a ocupar una posición importante para colocar cortes enfriados de alto precio, con abundante marmoreado (cortes muy demandados en el mercado asiático). Pero es mucho menos competitivo cuando la demanda, como es el caso de China, se concentra en cortes baratos y magros.

En este rubro, Estados Unidos es deficitario y debe importar enormes volúmenes todos los años de carne tipo manufactura desde Australia y Nueva Zelanda, la misma que demanda China.

En el caso de Uruguay, que se puede hacer extensivo a Nueva Zelanda, se considera que, por el tamaño de sus rodeos y por la improbable expansión de los mismos en los próximos años, exportará en el corto y mediano plazo volúmenes muy similares a los que opera en la actualidad.

En cuanto a la Argentina, que terminó 2019 embarcando el equivalente a un millón de toneladas, también se aproxima a un techo, a juicio de varios analistas y organismos internacionales.

La limitación más seria sería la falta de novillos –se mata la mitad que hace 15 años– y la errática e imprevisible política ganadera.

Un consultor internacional, que pasó por Buenos Aires hace unas semanas en la búsqueda de explicaciones para el inesperado boom exportador argentino 2018-2019, declaró que, de recuperarse la demanda china y considerando una producción local de carne de 3,1 millones de toneladas anuales, se podrían exportar un millón de toneladas por año en forma sostenida, y consumir de manera doméstica 2,1 millones de toneladas, unos 47 kilos per capita anuales.

“Argentina tiene hoy una formidable producción de sustitutos y de cerdo, que hace 15 años no tenía. Está en condiciones exportar un millón de toneladas anuales de manera sustentable”, aseguró el analista.

Fuente Agrovoz

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